01 febrero 2010

"Todos podemos matar, aunque por distintas razones" Camilla Läckberg




Participa hoy en una charla sobre las nuevas damas del crimen literario en Barcelona Negra


Alberto Ojeda

Camilla Läckberg (Fjällbacka, 1974) corrige, con toda razón, a los periodistas que manejan datos anticuados: “En realidad, son 6 millones los que he vendido”, contesta cuando se le pregunta: "¿Soñó alguna vez vender 2 millones de libros?". Cifras con tantos ceros la hacen inquilina habitual y duradera de las listas de surpeventas literarios de media Europa. En España, por ejemplo, esta alumna aventajada de la vieja escuela de la novela negra sueca tiene dos títulos instalados desde hace meses entre los libros más vendidos: La princesa de hielo y Los gritos del pasado (Maeva). Algunos ya la consideran la réplica femenina al fenómeno Larsson.


Pregunta.- ¿No se preocuparon sus padres cuando a los cuatro años escribió un cuento en el que Papa Noel mataba a golpes a su mujer?

Respuesta.- Mis padres han sido siempre muy tolerantes, y creo que, más que preocupados, se sintieron sorprendidos. Lo verían simplemente como una simpática travesura de niña.


P.- ¿Diría que su vocación por la novela negra es innata?

R.- Siempre me ha encantado el género negro, desde que era muy, muy pequeña. Creo que es tan fascinante como las historias de fantasmas que nos solíamos contar en torno al fuego en la infancia.


P.- En su obra analiza el origen del mal en la gente. ¿Un asesino nace o se hace?

R.- Creo que todos somos capaces de matar. Pero tenemos diferentes razones para llegar a hacerlo. Yo, por ejemplo, no dudaría en matar a cualquiera que intentara hacer daño a mis hijos, pero nunca mataría por dinero, algo por lo que sí están dispuestas otras personas. O incluso por cosas más ridículas. Todos, pues, somos capaces, pero nos movemos en distintos niveles.


P.- ¿Le molesta que en casi todas la entrevistas acaben preguntándole por Stieg Larsson?

R.- A mí me gustan muchos sus libros, y es a alguien a quien estoy muy agradecida, porque ha despertado en el extranjero un gran interés por la literatura negra sueca, algo de lo que yo también me he beneficiado. Me gusta en particular su personaje Lisbeth Salander, una heroína tan fuerte...


P.- ¿No teme que los vecinos de su pueblo (Fjälbacka) se molesten por el retrato tan oscuro que hace de él en su obra?

R.- La verdad es sí estoy un poco preocupada, pero hay mucha gente de aquí que me comenta que está muy orgullosa de mis libros. Y constantemente me piden si puedo sacar su casa o su jardín en ellos.


P.- ¿Cree que es especialmente necesaria la novela negra en Suecia, un país tan idealizado?

R.- Hay una imagen generalizada de Suecia como un país con una sociedad impecable, algo que contrasta con los sórdidos ambientes y personajes recogidos en nuestra novela negra. Es algo que intriga mucho a los lectores de otros países.


P.- ¿Está satisfecha con las adaptaciones cinematográficas que se le han hecho?

R.- Sí, están muy bien. En el reparto han escogido a algunos de los mejores actores suecos. Creo que han hecho justicia a mis personajes. Ahora estoy expectante por ver cómo queda la adaptación francesa de La princesa de hielo.


P.- ¿Algún día soñó con vender dos millones de libros?

R.- En realidad he vendido seis -tres en Suecia y otros tres fuera-. Pero no... nunca lo imaginé, ni en mis mejores sueños.


P.- ¿Y cómo se siente después de haberlo hecho?

R.- Estoy muy orgullosa de haber logrado algo así, porque me he esforzado mucho. Estoy muy agradecida por haber podido hacer realidad este sueño y vivir de algo de lo que me gusta: escribir.

 
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