02 febrero 2010

Paco Camarasa: «El ‘boom’ no es Larsson, es el género negro»



ERNEST ALÓS/FOTO: JOAN PUIG


Camarasa (Valencia, 1950) llegó a Barcelona en 1988. Las bombas que el Grupo Incontrolado Patriótico le puso en su librería Pablo Neruda «en los años duros» (fue también presidente del gremio de libreros de Valencia) no le hicieron cambiar de ciudad. «Fue cuestión de amor», confiesa. Siguió a Montse Claver, la fundadora de la librería Negra i Criminal, que regentan en la calle de la Sal de la Barceloneta. Su librería es de las más conocidas y menos visitadas de la ciudad.


–BCNegra es una semana, pero procura evitar este nombre.

–La semana es la de Gijón, desde hace 22 años. Y BCNegra empieza a ser más de una semana.


–Allí hay más presencia en la calle. ¿Lo echa en falta?

–Nosotros somos más un festival literario al estilo de los franceses. BCNegra tiene más presencia de la iniciativa privada. Sirve para difundir a nuevos autores, para que los lectores refrenden el entusiasmo por los autores que ya han hecho suyos a través de la lectura, para que las librerías vendan más género negro...


–Festival literario. ¿Es aún necesario proclamar la dignidad del género?

–Al crear BCNegra queríamos demostrar el nivel de calidad de los autores del género y que había un público escondido que podía salir del armario.


–Misión cumplida, ¿verdad?

–Sobre todo porque lo dice el señor Nielsen, el más influyente en las cúpulas editoriales.


–Para el lego en el sector, el señor Nielsen es...

–Un índice de ventas reales, semana a semana, en una muestra de librerías. Y dice que en el 2009 el género que más ha vendido es el negro.


–Y que el libro más vendido, y el segundo, y el tercero, son de Stieg Larsson.

–Pero el boom no es solo de Larsson, es del género. Hace 15 años serían impensables las 27 ediciones de Camilla Läckberg, los 100.000 ejemplares del primer libro de Asa Larsson...


–¿Cómo se explica el fenómeno de Stieg Larsson?

–Son libros de lectura fácil pero de temas difíciles. Era un militante de izquierdas que denunciaba la violencia de género, el capitalismo especulativo, e incluso un cierto tipo de periodismo cómplice de un cierto capitalismo. Denunciaba una cierta modernidad sin criterio. Como librero, no como crítico, mi explicación es que Larsson era más periodista y militante que intelectual, escribía desde el estómago. Por eso conecta más con los lectores que con los críticas o sus colegas.


–¿Y esos colegas atraen también hoy a más lectores por...?

–Porque el género negro entretiene, las formas de narrar hacen que haya posibilidad de engancharse, trata de temas que nos preocupan mucho, de realidades a las que el periodismo, y otras formas narrativas, no pueden llegar. El periodismo hace un trabajo excelente sobre el narcotráfico, sobre crímenes como los de Ciudad Juárez, sobre las mafias, pero tiene obligaciones legales y limitaciones de espacio que la ficción puede soslayar. Mira lo que ha sucedido con Petra Reski: los abogados de la mafia son mejores que los de las empresas periodísticas y ella ha tenido que tachar en negro los nombres de mafiosos que salían citados en sumarios de la justicia italiana. Finalmente, en un mundo en crisis el género negro aporta preguntas. Y una cosa que nos gusta. A veces, a menudo, ganan los buenos. Una cosa que en la realidad no sucede.


–Esta semana, Asa Larsson ha desplazado en las listas a Dan Brown.

–Era un libro esperado. La gente, en el acto solitario del leer, quiere tener la compañía de un personaje. El personaje es básico en este género. Necesitamos amigos de papel, compañeros de viaje, esperar una cita con ellos.


–Para los nuevos en el género que han llegado a través de Larsson, les recomendaría seguir por...

El poder del perro, de Don Winslow, la serie de Bernie Gunther, de Phillip Kerr, y el islandés Arnaldur Indridason. Serían tres apuestas seguras.


–¿Toca cambiar de paisaje? ¿O tenemos frío escandinavo para rato?

–Hay muchos autores suecos porque hay muchos lectores suecos. Y porque nos descubren un país que para nosotros tiene un punto exótico. La gente pide ese exotismo, hacer un viaje a través de la novela negra. Ahora creo que México ha de dar aún un boom, es fascinante. En Cuba ha de venir una generación después de Padura. Y sigo creyendo que ha de llegar más novela mediterránea.


–Este año han traído poca.

–Porque en los últimos seis meses casi no se ha traducido. Deberíamos prestar más atención al polar francés, tiene muy buenos narradores.


–Este año le dan el premio Carvalho a Ian Rankin. ¿Para protestar porque haya jubilado al inspector Rebus?

–Sí, le pediremos que invente algo y nos deje a Rebus. Pero también se lo damos porque combina dos cuestiones: Rebus es un perro de presa que batalla en pos de la verdad como Carvalho y porque el cómplice de John Rebus es una ciudad, Edimburgo, como Barcelona lo era de Carvalho.


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