04 febrero 2010

Arnaldur Indridason: «No es divertido escribir de la felicidad»




ERNEST ALÓS   FOTO: GUILLERMO MOLINER
BARCELONA

–En sus libros aparece la Islandia de hace 10 años. ¿Cómo está tras el crash?

–En una crisis muy profunda, víctima de la avaricia. Mi personaje, Erlendur, es el contrapunto de esa Islandia de los negocios. Forma parte de una Islandia más sencilla y austera, preocupada por la supervivencia de su lengua, que aún no entiende lo que ha pasado. Su ayudante, Sigurdur Oli, representa esa otra Islandia a la que no le preocuparía que el inglés sustituyese al islandés.


–Su Erlendur está obsesionado por el pasado y las desapariciones. ¿Y usted?

–Como parte del éxodo del campo a la ciudad trajimos con nosotros las historias sobre personas que morían perdidas en medio de la nieve o en las grietas de glaciares. Hay todo un género literario sobre estas desapariciones, que leía de joven.


–Sus novelas parecen la versión urbana de ese folclore.

–Es exactamente esto. Vivimos en un país inhóspito, con un clima duro y cambiante. Un señor puede salir de su granja un buen día y no aparecer nunca más. Pero me interesa más la gente que se queda con el sentimiento de pérdida que el desaparecido.


–¿Son tan frías y tristes las relaciones familiares en su país como en sus libros?

–En mis libros sí lo son. Siempre tratan de alguna manera de las relaciones familiares. Pero le aseguro que en Islandia la mayoría de familias son felices. Lo que pasa es que la felicidad no es divertida. No es divertido escribir de ella.Y quizá es cierto que en países con bienestar, los problemas los buscamos en el interior de la vida familiar.


–¿Y tan ingenuos los policías como su Erlendur, que no distingue el olor del hachís?

–He querido hacer a Erlendur así. Y no he querido investigar demasiado cómo trabajan los policías islandeses para no quedar constreñido a la hora de escribir.


–¿Es difícil escribir de crímenes en una sociedad tan pequeña sin que nadie se sienta aludido?

–Nunca me ha sucedido. Lo que sí me reprochan es que en la imagen que doy de Islandia cargo las tintas.


–¿Cómo evolucionan sus personajes en las novelas no traducidas aún en España?

–Prefiero no hablar para no matar la intriga. Pero la gente está preocupada por la vida que lleva Erlendur. Me envían consejos para mejorársela pero no hago caso.

 
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