31 julio 2008

Premio L´H Confidencial 2009


Jordi Canal
Biblioteca la Bòbila
Pl. de la Bòbila, 1
08906 L'Hospitalet
Tel. 934 807 438

El Juicio de Paris/ Jaime Morell


¿Un policía veterano y una profesora de arte podrán desbaratar una peligrosa red de traficantes de cuadros robados?¿Qué misterio esconde la sonrisa de la seductora y caprichosa Afrodita?. Una estudiante de Historia del Arte aparece brutalmente asesinada en la biblioteca del Museo del Prado. Esa misma noche es robado una de las obras más valiosas de Peter Paul Rubens. Otros crímenes siembran la alarma en la ciudad y el inspector de policía Lorenzo Secades, un madrileño cuarentón amante de los buenos vinos y las mujeres hermosas, cree que la clave de los asesinatos está en el famoso lienzo del pintor flamenco.


El Juicio de Paris
Jaime Morell
Vía Magna 2008
416 Páginas.

El Centésimo Hombre/ Jack Kerley



Una novela de suspense psicológico perfecta». --Library Journal

Unos extraños y enigmáticos mensajes encontrados en un par de cadáveres en Mobile, Alabama, lanzan al joven detective Carson Ryder y al veterano policía Harry Nautilus a la desesperada búsqueda de un misterioso asesino. Cuando el número de víctimas aumenta de modo alarmante, Ryder no tiene más remedio que revolver en el terrorífico pasado de su familia. Se pone en contacto con su hermano, un violento y sarcástico psicópata condenado por una serie de atroces crímenes, con el fin de encontrar alguna pista que le ayude en la resolución del caso. Ryder pronto se enfrenta no sólo a los miedos y pesadillas de su pasado, sino también al descubrimiento de que la próxima víctima es alguien a quien conoce. Y el tiempo se acaba.

«El Centésimo Hombre tiene un excelente argumento y una prosa rápida y directa, maravillosamente original.». --David Baldacci «

El Centésimo Hombre es una locomotora narrativa. Kerley aumenta la tensión con gran efectividad, con saltos inteligentemente situados entre la narración de Carson y los torturados pensamientos del asesino, para desembocar en un clímax sin igual… Poderoso… Convincente… La trama de Kerley es un cofre del tesoro de piezas entrelazadas». --Booklist

«El Centésimo Hombre es una original novela de suspense. Comienza con un sorprendente estallido y continua con una trama que lleva al joven detective Carson Ryder y a su veterano compañero a investigar lo que está detrás de la súbita oleada de cadáveres en Mobile, Alabama». --Publishers Weekly


El Centésimo Hombre
Jack Kerley
Vía Magna 2008
384 Páginas

30 julio 2008

XXI Semana Negra - Las fotos cableadas 3



4 de Argentinos, acompañando a Carlos Salem y Leonardo Oyola, los incombustibles: Cristina Macia y Jesús Lens.






El Jefe Taibo con Carlos Giménez, historia del cómic.

Tan negro como su conciencia: el género policiaco en México


Por Yassir Zárate Méndez Foto: Malchico


La Torre de Papel


¿Se hará justicia?
El género policiaco no ha podido aclimatarse en México debido a un factor decisivo: la ausencia de un sistema judicial confiable. Si bien los jueces franceses, gringos e ingleses, por hablar de tres países donde la literatura policiaca ha tenido mayor éxito, no son infalibles, al menos hay una mayor confianza entre la ciudadanía al momento de esperar un fallo de la justicia.
En México no ocurre así, y para muestra unas cuantas sentencias: el caso de los ejidatarios de Atenco, el fallo contra las impugnaciones por el fraude del 2 de julio de 2006, la indiferencia hacia la tragedia ocurrida en la mina en Pasta de Conchos, y así da para un larguísimo etcétera. Tan largo como la historia del país.
Ante esta perspectiva sólo queda la opción de hacer justicia por propia mano. Así, se anula cualquier esperanza de tener una respuesta favorable por parte de la autoridad.
Habitualmente, la trama de un relato policiaco, sea cuento o novela, se apoya
en la posibilidad de restaurar el equilibrio roto por el delincuente aplicándole a éste un castigo, que va desde la reclusión en la cárcel hasta la ejecución.
Quebrada esta expectativa, se rompe la ilusión del relato policiaco. De qué serviría detener a un asesino o a un pedófilo, si podría salir de la cárcel porque cuenta con amigos entre los jueces. O porque el agente del ministerio público es bastante flexible si se le sabe untar la mano.
Sin embargo, existe un puñadito de escritores mexicanos que han incursionado en el género, con mayor o menor fortuna. Entre ellos destacan Rafael Bernal, Antonio Helú, María Elvira Bermúdez y Paco Ignacio Taibo II; de forma esporádica lo han hecho Vicente Leñero, Enrique Serna y Fernando del Paso, aunque estos tres autores escribieron sus relatos como un divertimento, que en los tres casos resultó curiosamente muy disfrutable y memorable
Rafael Bernal es una suerte de decano del género en México. Su Complot mongol es una continua referencia para entender las desventuras de la novela negra en nuestra literatura.
En cambio, Paco Ignacio Taibo II se ha convertido en un maquilador de historias policiacas. Su héroe, Héctor Belascoarán Shayne, un auténtico out-of-law, nada a contracorriente del sistema judicial mexicano. Sin embargo, PIT II cayó en una fórmula repetitiva, plagiando sus propios argumentos. Salvo Días de combate, con la cual inició la saga del detective privado, mitad euskera, mitad irlandés, el resto de la serie de novelas es monótono, y por lo tanto previsible.
Dos casos particulares los representan El miedo a los animales, de Enrique Serna, y la magistral Linda 67, de Fernando del Paso. La de Serna es una dura crítica al sistema policiaco mexicano de finales del priato (que no ha cambiado mucho en los últimos años, por obra y gracia del gerente de Coca-Cola metido a presidente de la República). Al mismo tiempo, Serna enfoca sus baterías contra el establishment intelectual mexicano.
Aún recuerdo el reclamo que me hizo Christopher Domínguez Michael en un encuentro de escritores de la revista Tierra Adentro, cuando recomendé la novela de Serna porque da cuenta de las triquiñuelas cometidas en el medio “cultural” mexicano para obtener premios, becas o publicaciones.
Es tan sencillo como hacerte amigo de un escritor incrustado en el sistema, invitarlo varias veces a tu pueblo y luego esperar a que te dé una beca o un premio, como ya ocurrido hasta en estas tierras flacas.
Un caso excepcional es el de Linda 67. Por principio, y para hacer válida la premisa de castigar al delincuente, del Paso ambienta la novela en San Francisco, California, principalmente, aunque no se desliga completamente del país.
El protagonista, David Sorensen, es mexicano aunque de raíces danesas, con lo cual puede camuflarse en la racista sociedad gringa. El relato es una delicia por la aguda capacidad de observación desplegada por el autor, pero también por la mezcla de distintos mundos. Va del homeless oportunista a los young uppers que aún pululan en las medias y altas esferas económicas y sociales.
A todo eso se suma la exquisitez de la buena cocina y un auténtico catálogo de autos, perfumes y ropa de diseñador, todo amarrado por una trama sólida e inteligente, requisito indispensable en cualquier relato policiaco. Para quienes por culpa de nuestra neurosis simpatizamos con las causas de los antihéroes, es una lástima acudir al destino de Sorensen.
Hace un tiempo fue editado el libro Los misterios de La Ópera, colección de cuentos firmados con el seudónimo Emmanuel Matta. Producto de la mercadotecnia con la que ahora las editoriales manejan el negocio, el libro es más un homenaje a los clásicos del género (Ágata Christie, Edgar Allan Poe) que un texto con aliento propio. Peca de sangre fría. No hay la emoción de los relatos de autores clásicos como Chandler o del cinismo y la euforia producida por las drogas sintéticas, como en las novelas del inglés Nicholas Blincoe (dense una vuelta por la espléndida Acid Casuals.)
Otros autores han intentado con mayor o menor fortuna pegarle al gordo. Bernardo Fernández (BEF) es uno de ellos. Al igual que Juan José Rodríguez, cuya novela Lavandería china es una peculiar experimentación.
Pero no, definitivamente aún falta un buen tramo para afianzar al género policiaco en México. Tan largo como el que nos separa para alcanzar la plena justicia y la democracia.



Asesinos sin rostro / Henning Mankell


El extraño y cruel asesinato de un matrimonio de ancianos en la campiña sueca revela a Kurt Wallander la cara más oscura de la Suecia moderna.

En este histórico primer encuentro con sus lectores, el inspector Wallander debe resolver un caso casi tan complicado como su vida personal. Mientras procura desenmascarar a los despiadados asesinos de una anciana que ha muerto con la palabra "extranjero" en la boca antes de que los prejuicios raciales latentes en la comunidad desaten una ola de violencia vengadora, Wallander debe enfrentar el abandono de su esposa, la hostilidad de su hija, la demencia senil de su padre y hasta su propio deterioro físico a causa del exceso de alcohol y comida barata y la falta de sueño. Wallander terminarán por hallar la inesperada solución del caso, pero sus problemas familiares no acabarán con este libro. Por no hablar de los de su país, arrojado a una nueva era en la que, como cree el inspector, "la inquietud aumentará bajo el cielo".

En formato maxi toda la obra de Mankell.



Asesinos sin rostro
Henning Mankell
Maxi, Tusquets 2008
304 Páginas.

Arthur & George/ Julian Barnes


Una de las novelas más comentadas del año pasado, ahora a un precio asequible.

En Great Wyrley, un pequeño pueblo de Inglaterra, alguien mata caballos y ganado, y escribe anónimos en los que anuncia el sacrificio de veinte doncellas. Hay que encontrar un culpable, y George, abogado, hijo del párroco del pueblo, es el principal sospechoso. ¿Quizá porque él y su familia son los negros del pueblo? El padre de George es parsi, una minoría hindú, convertido al anglicanismo. George es condenado, pero la campaña que proclama su inocencia llega a oídos de Arthur Conan Doyle, el creador de Sherlock Holmes, quien emprende su propia investigación sobre el caso. Arthur es, además, el reverso del opaco George Edalji, quien sólo quiere ser muy inglés y cree en las leyes. Arthur ya es un escritor famoso, deportista y tiene una mente abierta, incluso al espiritismo. Es un feliz moderno de su época. El caso de Edalji y la intervención de Arthur Conan Doyle, ambos verdaderos, han inspirado esta novela, sostenida por una exhaustiva investigación y por una imaginación vívida.



Arthur & George
Julian Barnes
Compactos, Anagrama 2008
528 Páginas

29 julio 2008

XXI Semana Negra - Las fotos cableadas 2



Presentación de la revista Prótesis por Juan Escarlata, David García Panadero y Juan Ramón Biedma.






Presentación de la magnífica colección NEGRO ABSOLUTO por parte de Juan Sasturain y Leonardo Oyola

Niños de Tiza/ David Torres


Niños de tiza recupera para la literatura un escenario cercano pero apenas utilizado: el de quienes crecieron en los años finales de la dictadura en los barrios periféricos, entre traficantes de heroína, curas rojos, madres abnegadas y bandas callejeras. Bajo el ropaje de una novela negra y la guía de Roberto Esteban (el inolvidable protagonista de El gran silencio), David Torres pinta por primera vez la Transición en pantalones cortos, un evocador retrato de la nostalgia, el amor y el paraíso perdido de la infancia.

Divertida y conmovedora, escrita con una prosa plástica, expresiva y poderosa, ganó el XXX Premio Tigre Juan, y supone la consolidación de David Torres como uno de los más firmes valores de la narrativa en castellano.





Niños de Tiza
David Torres
Algaida 2008
409 Páginas

Spellman & asociados/ Lisa Lutz


Los Spellman son una familia poco convencional. Todos sus miembros son detectives privados. Siguiendo la tradición familiar, una de las hijas, Isabel, de veintiocho años, prefiere las ventanas a las puertas para entrar en cualquier casa. Con su licencia para ejercer la investigación privada en el bolsillo, Isabel se incorpora a la nómina de la empresa familiar: Investigaciones Spellman. Pero ser un Spellman supone fisgonear, también, entre los Spellman: el padre no duda en instalar micrófonos ocultos alrededor de su propia casa, mientras la madre comprueba los antecedentes de los novios de su hija.La situación llega a límites insospechados. Isabel toma una decisión, si quiere llevar una vida más o menos normal, debe abandonar el negocio familiar. Pero, antes, queda un caso por resolver: una desaparición ocurrida muy cerca de su casa; un caso que se convertirá en el más importante de su vida.



Spellman & asociados
Lisa Lutz
RBA 2008
285 Páginas

28 julio 2008

Ray & Dash por Juan Sasturain



Uno siempre los nombra sucesivos y en un orden determinado e invariable porque literariamente se supone que uno “deriva” del otro: primero Dashiell Hammett y después Raymond Chandler. Sin embargo –y esta semana, que se cumplieron 120 años del nacimiento del autor de The Big Sleep e inventor de Philip Marlowe, se pone en evidencia una vez más– el viejo Ray era mayor que el flaco Dash. Tres años mayor. Y los dos vivieron setenta años, se fueron en fila, sucesivos una vez más, hechos polvo, apenas antes y después de 1960.
En la única foto en que aparecen juntos, famosa instantánea de ocasión tomada en una tardía reunión de colaboradores de la celebérrima Black Mask que debe ser de finales de los treinta o incluso más tarde, están los dos de pie, uno en cada costado –Chandler con la pipa, Hammett pintón y canoso– recíprocamente distantes, si cabe. No recuerdo que Hammett mencionara a Chandler más que una vez en su correspondencia –una carta a Mary Hammett, del ’44, cuando estaba alistado y en Alaska, en la que hace referencia, con discreta coquetería, al famoso artículo de Ray en The Atlantic Monthly: “El simple arte de matar”, que incluye su elogio irrestricto–. Porque Chandler sí habló de Dash, y cómo: además de la consabida referencia de que “sacó el crimen (de los salones) a la calle”, la que más me gusta es la que dice que Hammett “escribió escenas que parecían no haber sido escritas nunca antes”. Es decir: Chandler puso el énfasis en el “cómo” de Hammett narrador, en su condición de escritor a secas. El lugar donde le gustaba que lo pusieran a él, claro. “Yo no escribo novelas policiales, yo escribo prosa inglesa”, dijo alguna vez con propiedad.
Pero volviendo al aniversario y a la cuestión de las edades y las proce/precedencias. El aparente misterio que los enfila en un orden determinado e invariable está dado porque uno, Chandler, empezó a publicar (tarde) en 1934 –se tomó seis meses para escribir su primer cuento dentro del género y ya tenía 46 años–, cuando el otro, Hammett, dejaba (temprano): publicó El hombre flaco en ese mismo año y –aunque no lo sabía: nunca se sabe eso– ésa sería su última novela, el último intento que terminaría. A los 43 años, exitoso y lleno de dinero y alcohol, no volvería a escribir nada más. Y eso que lo intentó, casi casi hasta el final.
Ese curioso empalme cronológico de la obra de ambos es similar a lo que pasó entre de Stevenson y Conrad, cuarenta años antes. Casi coetáneos, el tardío y maduro polaco algunos años menor empieza a publicar –La locura de Almayer es del 1895– justo cuando Stevenson muere, precozmente, a los 44, dejando una obra definitiva. Stevenson era delgado y enfermizo, frágil de fuelles –como Hammett–, y de algún modo escribió siempre contra reloj: sabía que no iba a durar mucho. El autor de El halcón maltés también se puso a escribir cuentos cuando la tuberculosis le había puesto supuesto plazo fijo. Zafó, pero quedó herido y con una obra densa y apretada en diez años, con un rush impresionante que abarca Cosecha roja, El halcón maltés, La maldición de los Dain, La llave de cristal y El hombre flaco entre el ’28 y el ’34. Impresionante.
Lo de Chandler fue, a la inversa, mucho más laborioso. Como la prosa, como las reflexiones de Marlowe. Como le costaba elaborar, no tiraba nada. Es sabido que usó el material de cuentos previos para armar la trama de The Big Sleep, en 1939, la primera aparición del impagable Philip. El personaje –ex policía, hecho con los retazos de otros personajes anteriores– tiene los años del siglo. El autor, en cambio, ya había pasado los cincuenta cuando escribe ésa, su primera y tardía novela. Después seguirían La hermanita, La ventana siniestra, La dama del lago, Adiós muñeca, la obra maestra definitiva El largo adiós, del ‘53, que es su verdadero final, y la flojita Play Back. Siete novelas. Y una inconclusa o apenas empezada que otro –Robert Parker– terminó sin éxito ni talento: Poddle Springs. No había mucho que hacer tampoco, con un inverosímil Marlowe casado con la millonaria Linda Loring. Al respecto, también Hammett dejó sesenta páginas de Tulip, algo que no era policial e intentó a principios de los cincuenta y ni se sabe para dónde iba. Así las cosas.
En estos días –acaso por razones que me implican– se me ha dado por pensar en la relación que se establece entre autor y personaje cuando un novelista desarrolla un protagonista fijo a lo largo de muchos años de creación. Sin salir del policial, Conan Doyle es ejemplar y monstruoso: escribió sobre Sherlock Holmes durante cuarenta años. El, el autor, pasó de ser un médico joven de fines del siglo XIX a un viejo espiritista al filo de la década del treinta –para no hablar de lo que pasó en el mundo en esos años transformadores– mientras el detective de Baker Street hacía como si nada... Para no hablar de Simenon y Maigret.
Hammett tuvo siempre la edad de sus personajes –el gordo de la Continental, Sam Spade, Ned Beaumont tienen treinta y pico, Nick Charles más de cuarenta– mientras Chandler le llevó siempre unos años a Marlowe, que nunca llegó a tener su edad, aunque en las últimas novelas anda en la cuarentena acaso larga. Es raro, eso: los autores de género, con personajes más o menos fijos, pueden empezar a escribir sobre alguien que es mayor que ellos, convertirse con los años en su coetáneo y en algún momento escribir sobre quien puede ser su hijo. Y la mirada que se pretende constante e invariable se modifica, claro que sí. Para no hablar de los lectores: leímos a Chandler-Marlowe a los veinte años y los releemos cuarenta después.
Somos otros, como podemos; y ellos también, cada vez mejores.


Echo Park de Michael Connelly por Juan Ramón Biedma (Premio Hammett 2008)


Que la piedra con la que trata de sellar el pozo negro del pasado es inestable, móvil, precaria, y que los monstruos fétidos surgen desde las profundidades, como una niebla podrida, para filtrarse por los intersticios siempre que el agotado vigía del consciente se permite el lujo de tomarse un descanso para estirar las piernas.

Francis P. Fernández, LA VERSIÓN DEL MINOTAURO



Como los espectros del pasado se le se presentan a Harry Bosh, el más recurrente de los personajes de Michael Connelly, rondan por donde él ronda, comparten su mesa de trabajo, la soledad de su coche, su cama vacía, le enturbian la vida, así se nos aparecen a sus lectores incondicionales las constantes narrativas del autor, como un muestrario de figuras psicoanalíticas con las que podremos estar de acuerdo ideológicamente o no, pero que siempre terminan imponiendo su inevitable carácter adictivo.

Nos encontramos esta vez a Bosh trabajando en la unidad de Casos Abiertos del departamento de policía de Los Ángeles -sí, la misma unidad que da nombre a la serie que emite TVE2, y resulta muy satisfactorio verificar que la literatura conserva intacta una capacidad para la evocación y el rigor a los que la televisión, con todos sus medios, no ha conseguido ni siquiera acercarse-, investiga lo que le mandan pero no deja de remover en algunos de los casos no resueltos a lo largo de su carrera, casos que se han convertido para él en una verdadera obsesión. Y un día recibe una llamada del fiscal, y el presente y el pasado se confunden, y un asesino en serie atrapado hace muy poco tiempo podría haber sido el responsable de la muerte de una chica que Harry Bosh indagó en 1993. Una cosa lleva a la otra, pero hay un precio que pagar ahora por lo que ocurrió trece años atrás, aparecen errores, la necesidad de impartir justicia en un crimen antiguo se convierte en un peligro real que hay que atajar lo antes posible, la malla política de intereses y corrupción que rodea el apaño por el que ha surgido la nueva pista se muestra absolutamente podrida, todo se complica.

Connelly empieza por donde tiene que empezar y termina por el final de la historia, como siempre. Preciso y firme. Prosa tremendamente eficaz en la que las desviaciones, saltos y ramificaciones vendrán dadas por la propia potencia de la narración, nunca por la filigrana gratuita del contador de chismes vacíos y mil veces manoseados. Connelly, fue periodista, es periodista, y en el trasvase a sus novelas ha metabolizado sus trucos de reportero hasta llegar a un personalísimo registro expresivo en el que el estilo viene definido casi únicamente por su carencia.

Y es que lo de Harry Bosh es verdad. Suena a verdad, por excepcional que resulte. Un tío de moral dudosa, capaz de apoyar a un candidato político corrupto con tal de perjudicar a un enemigo personal, partidario de la pena de muerte para el acusado. Ha comenzado una cruzada y todo vale. Un viejo policía dedicado en cuerpo y en lo que le queda de alma a quitar de en medio a los depredadores que se le han cruzado por el camino, él se ve así, un elemento más del ecosistema cumpliendo la función que le ha tocado en suerte, puro Darwin, se diferencia de los otros policías que deberían equilibrar ese sistema de fuerzas en que, frente a la negligencia y a la inmoralidad de los demás, él si se toma en serio a las víctimas, a todas las víctimas; como tras una especie de iniciación Zen, Harry Bosh ha tomado partido, y, a pesar de que sigue siendo lo bastante lúcido para ser consciente de su impotencia frente a las depravadas leyes de la jungla en la que se desenvuelve, está dispuesto a llegar a dónde le lleve su compromiso.
Peor para él.

Bosh ha elegido el camino más peligroso, el de combinar la búsqueda interior con el análisis de los detalles objetivos para conocer las auténticas motivaciones del asesino; cuando carece de la capacidad de profundización que necesita para obtener su perfil, recurre a quién sea que pueda ayudarlo en ese proceso, va a por todas y se encuentra lo que se encuentra. En el tramo final de la novela, Bosh descubre por fin los antecedentes del asesino, que terminan coincidiendo casi exactamente con su propio origen; su éxito es, más que nunca, un premio envenenado.

No termino de ver el artificio a través del cual Connelly construye estas novelas tobogán de las que no te puedes bajar una vez iniciado el recorrido.
Sin duda es un buen narrador, revela un gran conocimiento técnico de los procedimientos -vigilancias, circuitos judiciales y carcelarios.. - que inserta de forma natural en sus novelas; sus historias están impecablemente construidas; con una honestidad en la disposición de materiales, además, que cada vez más autores se muestran incapaces de mantener. Pero aún reconociendo todo esto, no lo veo.
Probablemente el truco esté en que no hay truco.

No creo que en casi dieciséis años de carrera y dieciocho novelas, Connelly nos esté endosando la crónica de las ciudades donde transcurren sus historias, ni un gran fresco político de su época, ni el retrato psicológico de la América de final y principio del nuevo siglo. Michael Connelly nos trae fragmentos de vida, de su falta, de su fin, de las secuelas secuelas que vivir deja en todos nosotros.
Sin más elementos que los que todos apostamos en este juego. Por eso sus peripecias nos resultan tan próximas. Sin más.
Literatura seca, muy seca. Completamente descarnada. Literatura en los huesos. Como una exhumación.



© Juan Ramón Biedma (Premio Hammett 2008)
Febrero-2008

Publicado anteriormente en la revista BETA LIBROS

El "Detective Heredia" está más Vivo que Nunca


Aunque "fusilé" a su autor, Ramón Díaz Eterovic en el Cerro Castillo de Viña del Mar, a pasos de Palacio, el mítico "Detective Heredia", tiene mucho que decir... Por Eduardo Osorio


Ramòn Dìaz Eterovic, el magallánico creador del mítico “Detective Heredia” se ha pasado la vida jugando a los detectives virtuales, a escribir de todo y hasta a darse el lujo, detrás de un escritorio, de sobrevivir... Les cuento que tuve dudas al publicar esta entrevista en torno a si su currículo, era acaso más entretenido que ésta, pues se lo ha escrito, y se lo ha ganado todo. Lean ahora este “fusilamiento morrocotudo” al ideòlogo de “Heredia”.


¿Piensas que el lector desaparece, que nos han ganado las pantallas, y será un bicho raro en poco tiempo al igual que los escritores, como opina Philip Roth?...


"El libro tiene una magia que lo hará sobrevivir a todos los tiempos, aunque los lectores terminen arrinconados en una caverna, reducidos a una cofradía perseguida, como anticipa Ray Bradbury en su novela Fahrenheit 451".


¿Y qué del maletín literario?


"Es una buena iniciativa, pero insuficiente para enfrentar la pérdida del hábito lector del chileno. Hoy en día el libro está desplazado del interés de la mayoría de las personas, ya sea por falta de dinero, por falta de motivación o porque está a merced de la banalidad que promueven los medios de comunicación. Para que eso se revierta se requiere fomentar la lectura desde muchos ángulos. Desde la educación, desde luego; desde el precio de los libros que deberían venderse sin impuestos, como ocurre en la mayoría de los países que valoran la importancia del libro; desde la televisión que debería ayudar a promover la lectura, y desde las propias familias, siguiendo la vieja máxima de que padres que leen forman hijos lectores. La pregunta que debemos hacernos es si nos interesa o no el libro y, a partir de eso, generar políticas eficientes y amplias para su difusión. La misma pregunta debemos hacerla en el ámbito personal y familiar. ¿Nos interesa el libro? Y si me interesa, qué hago para que mis hijos lean, más allá de reclamar por el costo que tienen o por la falta de tiempo".


¿Del Fondart, de los Premios "nepotistas", tienes un feeling?


"Más allá de los reclamos que siempre se producen, me parece que hay que valorar la existencia de estos fondos, inexistentes años atrás y trabajar para que su entrega sea cada vez más transparente y genere el mínimo de resquemores. No se puede desconocer que muchas iniciativas culturales valiosas de los últimos años se han concretado gracias a estos fondos".


¿El Ministerio de la Cultura?


"No sé mucho lo que hace, por lo que no puedo evaluar su gestión".


¿Por qué elegiste la senda de lo policial con Heredia?


"Me interesaba hacer literatura de género, algo poco explorado en Chile, tanto en lo policial como en la ciencia ficción y, además, andaba buscando un punto de vista para retratar la sociedad chilena que entonces, cuando nace Heredia en el año 1987, y ahora tiene muchos elementos de una novela negra en tiempo real".


¿La novela negra lleva aparejada una protesta, una reacción literaria contra el autoritarismo, tal como ocurrió con los argentinos en épocas de dictadura?


"La novela negra siempre supone una crítica social, un cuestionamiento al uso y abuso del poder, sea este político, económico, individual o corporativo. Por eso muchos sostienen que la novela policial es la novela social de nuestro tiempo". Una literatura que, como decía Raymond Chandler, se preocupa de descubrir “la mugre que se esconde bajo las alfombras”.


Lo has repetido, incluso en el lanzamiento de "Río Arriba", tu norte, al leer o escribir una novela policial, no es la intriga ni la resolución de un caso, sino la soledad y los desarraigos implícitos, también las bambalinas sicológicas de los personajes...


"Más que la intriga, me interesan los personajes y los ambientes, requisitos que por lo demás están presentes en toda novela, de cualquier tipo. El simple enigma es una veta agotada; en cambio la reflexión sobre nuestra sociedad es un camino tan necesario como infinito".


Hay una búsqueda de la verdad en Heredia, un detective "cotidiano" como podría serlo cualquiera..un ser humano, un pretexto de Díaz Eterovic para desnudar al chileno medio o "ABC3"...


"Lo que he hecho con mis novelas es construir una crónica social de nuestro país en los últimos 30 o 35 años, y dentro de esa crónica, hacer algunas preguntas y tratar de establecer algunas verdades me parece algo esencial. Me interesa mostrar distintos aspectos del país real y dentro de eso, por cierto, de las personas que viven en él".


Llenas de humanismo tus novelas, ¿están acaso inspiradas en cuanto a lo que persiguen escritores como Chandler y otros?


"Nadie escribe de la nada, y sin duda autores como Chandler, Simenon, Vázquez Montalbán y tantos otros maestros más del género policial son referentes importantes para todos los autores que abordan el género policial. Pero, a partir de esas referencias, he creado un detective que es nuestro, que recoge características de cualquier chileno y se preocupa de temas fácilmente reconocibles para cualquier lector".


¿Por qué Heredia y no Ramírez, por ejemplo, (como apellido)?


"Andaba buscando un apellido que funcionara por sí solo. Heredia suena bien y lo encontré en la guía de teléfonos. Su nombre no tiene ninguna referencia con personajes o nombres de escritores".


¿Si Heredia hubiera estado a cargo de las pesquisas; lo de Anfruns, Meyer, Matute, estaría aclarado?


"Probablemente. Heredia actúa sin compromisos y sin presiones. Tampoco se habría equivocado con las investigaciones de los crímenes de Alto Hospicio, porque si algo le sobra es sensibilidad para entender y ayudar a la gente más humilde. La ventaja de Heredia es que no recibe órdenes de nadie y tampoco está condicionado por los deseos de jefes, jueces o fiscales. Se mete dónde quiere y con quién se le antoja. Es la libertad que tiene un investigador de ficción y que no sé si siempre se la puede permitir un policial de verdad".


Fíjate que la ciudadanía cree que la policía civil ha perdido la calle, al "datero", al soplón y que, al contrario, es muy científica y de escritorio ¿Qué piensas al respecto?


"Desconozco en detalles como opera la policía civil, pero no me parece mal que sea cada día más profesional, en la medida que ello implique ser más eficiente y sin dejar de lado la comprensión hacia las personas que son parte de un hecho delictual, sean víctimas o responsables. En el personaje Heredia se rescata al investigador que recorre las calles, que conversa con la gente, ya que como el mismo se define es un hombre que hace preguntas y trata de llegar al fondo de las cosas, de las motivaciones, de los sentimientos".


¿El asesino siempre es el mayordomo o no?


"El mayordomo ya no es el asesino, no al menos en las novelas que se identifican con lo que algunos autores llamamos el neopolicial latinoamericano, para referirnos a una de las expresiones relevantes en la narrativa latinoamerica de los últimos años, relacionada con la reinstalación del género policíaco como una forma literaria que es revisitada o transgredida, pero que de una u otra manera, apunta a reflexionar sobre situaciones donde la criminalidad que más conmueve a las personas no nace de arrebatos o ambiciones individuales, sino que proviene de las ocultas redes del poder político y económico, y se desarrolla en el marco de una realidad condicionada por el fomento de anti valores, por la vivencia y sobrevivencia a regímenes dictatoriales, por la caída de las certezas ideológicas y la instalación de un modo de vida que se traduce en inseguridad y miedo para la mayoría de las personas. Una atmósfera violenta que ha orientado a las narrativa policíaca latinoamericana, casi imperativamente, a ser contestataria, iluminada por la influencia de la novela negra norteamericana, pero con la fuerza y determinación necesaria para re elaborar el modelo y darle características propias, de acuerdo al medio en el que se expresa".


Cuéntanos otro perfil de Ramón Díaz Eterovic…, su lado "b"...


"Mi lado “B” es ser un tranquilo habitante de Santiago, que disfruta con su familia, sus libros, su música, sus películas, sus partidos de fútbol, sus caminatas por la ciudad, y con la alegría que le proporciona vivir en ese territorio de absoluta libertad que es la creación literaria".


¿Tu ambientación, la que le das a tus obras…es a propósito de qué?


"Se refiere a que una de mis preocupaciones es trabajar con la ciudad como uno de los personajes esenciales de mis novelas. Cuando comencé a escribir mis novelas sentía que una ciudad como Santiago estaba poco presente en nuestra novelística y me preocupe de recrear algunos de sus sectores. Con esto, además de dar un color local a las novelas, de hacerlas más cercanas a los lectores, creo estar contribuyendo al desarrollo de una memoria urbana, a fijar ciertas huellas para el recuerdo de lugares que están desapareciendo a diario. Santiago es una ciudad que se demuele a diario y nadie se preocupa mayormente de dejar testimonio acerca de lo que había tras los muros y paredes que se derriban".


¿La ficción se confunde con la realidad ¿Sí es así, dónde está el límite?...


"La ficción es una recreación de la realidad. El escritor elige ciertos elementos de la realidad y los elabora a partir de sus ideas y sentimientos para construir otra realidad".


Tu impresión de los colegas que profesan otros géneros, García Márquez, el mismo Roth, Jeffrey Archer por nombrar algunos, tienes alguno preferido...


"Soy, por sobre todas las cosas, un lector. Y en tal sentido mis escritores favoritos o que me interesan son muchos y en distintos ámbitos. Hacer una lista de mis poetas y narradores preferidos sería agotador, y por eso me limito a señalar a tres: Julio Cortázar, Charles Dickens y Juan Carlos Onetti".


¿Por qué Isabel Allende no ha ganado el Premio Nacional?


"Habría que preguntárselo a los miembros de los jurados que han concedido el premio en los últimos años. Yo creo que se lo merece, tanto como Poli Délano, Luis Sepúlveda o Guillermo Blanco, por nombrar sólo a tres narradores. Estás de acuerdo con aquello del "chaqueteo, y que el chileno triunfa afuera… Hace muchos años, José Victorino Lastarria, en su excelente ensayo “El manifiesto del Diablo” dijo que “la envidia era la principal virtud del chileno”. Desde entonces no hemos cambiado demasiado".


¿Cómo podrías auto calificar tu recorrido literario hasta ahora, qué viene?


"He publicado más de 25 libros en Chile, 15 o más en el extranjero, he dirigido revistas, obtenido algunos premios importantes, y lo principal es que tengo lectores que siguen mi trabajo dentro y fuera de Chile. ¿Qué más puedo pedir? Sólo tener la capacidad de seguir escribiendo, lejos de la fanfarria y en lo posible cada día mejor. Este año, en agosto, publico una nueva novela (“La oscura memoria de las armas”), estoy trabajando en otra (“La muerte juega a ganador”), y tengo varios otros proyectos en mente, con y sin Heredia en el protagonismo. Lo único que necesito es tiempo".


Eres tal como me lo dijiste un empleado administrativo (¿o no?) ¿Ws la literatura para ti una suerte de frustración disfrazada?


"Estudié en la Universidad de Chile y soy Administrador Público de profesión y ejerzo como tal. La literatura no es un disfraz de nada. Es lo que da sentido a muchas de las cosas que hago y en la que he encontrado todas las realizaciones que un escritor puede esperar, partiendo del hecho de ser capaz de escribir libros que logran conmover e interesar a sus lectores".


Dado el nivel de la literatura en Chile ¿A quiénes nombrarías como "de culto"?


"Jorge Teillier, Enrique Lihn, Roberto Bolaño son autores de culto, entre otros. Autores que son leídos, estudiados y amados por muchos lectores. Autores que llaman la atención por sus obras y también por sus vidas".


Respecto de la novela policial en Chile... Expláyate; "Guaiquimán y Tolosa" ¿es un síntoma del ridículo?, por ejemplo.


"La novela policial en Chile, hasta los años 80 del siglo XX tuvo un desarrollo discontinuado, en el que el sobresalen autores como Alberto Edwards, Camilo Pérez de Arce, Luis Enrique Délano, René Vergara, L. A. Isla y algunos pocos más. Todos ellos escriben desde una perspectiva clásica, la del crimen a la inglesa, de cuarto cerrado, con detectives que se las saben todas. A partir de los años 80, el género experimenta lo que yo llamo una reinstalación en la narrativa chilena, producto de la aparición de un número significativo de autores que elaboran sus obras, o parte de ellas, a partir de los códigos de la novela policial. Aparecen otros tipos de investigadores, que no siempre son detectives, y que tienen un sello más vital. Entre los autores que han escrito novela policial o negra en los últimos años se puede mencionar a Poli Délano, Antonio Rojas Gómez, Roberto Ampuero, Mauro Yberra, Bartolomé Leal, Carlos Tromben, José Gai, Eduardo Soto, José Román, Jaime Collyer, Gabriela Aguilera, Luis Sepúlveda, Eduardo Correa, Sergio Gómez, Roberto Bolaño, y algunos más cuyos nombres no recuerdo en este momento. La simple mención de todos estos nombres implica que estamos frente a un género literario vivo, que se renueva y que tiene muchos adeptos entre sus lectores. En cuanto a la serie de T.V. que mencionas, es un acercamiento al género policial en tono de comedia que tiene sus mejores méritos en las buenas actuaciones de sus protagonistas".


¿Por qué tu carrera no se ha desenvuelto en el extranjero?


"Mis libros están publicados en ocho países europeos y algunos latinoamericanos, con buena acogida crítica y entre los lectores, y eso es mucho más de lo que logran la mayoría de los autores chilenos. Y por lo demás, no estoy en ninguna carrera. Escribo por placer, y aunque no pudiera publicar ninguno de mis libros, igual escribiría".


¿Cuál es tu impresión del Chile de hoy ¿Hay mucha brecha? ¿Cuál es tu grado de compromiso?


"El problema de Chile es la desigualdad en el reparto de recursos y de oportunidades. A eso le sumo la falta de una democracia real y el exceso de banalidad que promueven los medios de comunicación. No es un país grato, pero es el que tenemos y por el cual hay que luchar para que sea mejor. Mi compromiso está en lo que escribo, en los temas que abordo, en tratar de ser un resistente a las injusticias y a las mentiras. Yo por lo menos le creo...



http://www.elmorrocotudo.cl/


Luna de Miel/ James Patterson


Hermosa, elegante, inteligente y seductora... La mujer con la que todo hombre sueña, la amante y la comañera perfecta. Y, también, una despiadada asesina. Nora Sinclair ha conseguido triunfar en el selecto mundo de la alta decoración. Su maestría para seleccionar mobiliario y obras de arte sólo rivaliza con su capacidad para elegir a los hombres: famosos, políticos y estrellas de cine, siempre atractivos y con suculentas cuentas bancarias, que inevitablemente caen rendidos a sus pies. Nora acaba de encontrar una nueva presa: un joven escritor de best-sellers perdidamente enamorado de ella. Casi desearía dejarlo con vida, llevar una existencia normal junto a él, pero ha vuelto a escuchar la voz que le impulsa a convertir a su amante en víctima. El FBI lleva mucho tiempo detrás de esta escalofriante viuda negra. Pero Nora ha ido siempre un paso por delante de ellos. Sin embargo, el agente John O'Hara está dispuesto a hacer todo lo que esté en su mano para reunir las pruebas que permitan detenerla. Comienza un pulso a muerte entre una mujer tan fascinante como carente de escrúpulos y un hombre decidido a meterse en el nido de la víbora para cazarla.



Luna de Miel
James Patterson
Urano 2008
354 Páginas

25 julio 2008

Conexión Lisboa/ Tom Gabbay




Jack Teller, un especialista de Hollywood de los años 40, se ve obligado a abandonar la ciudad tras haberse liado con la mujer del director Charlie Wexter, quien contrata a un asesino a sueldo para que se haga cargo de Teller. Lili Sterne, una actriz alemana cuya carrera está llegando a su fin, le pide a Teller que le acompañe a Lisboa para ayudar a su amiga de la infancia, Eva Lange, pues sospecha que los nazis pueden ir tras ella. Teller y Sterne se meten en todo tipo de problemas durante sus viajes por Europa; conocen al duque y a la duquesa de Windsor, así como a varios espías y contraespías. Teller se ve inmerso en una conspiración para entregar Inglaterra a Hitler y debe ingeniárselas para salvar al Imperio Británico mientras huye del asesino a sueldo.



Conexión Lisboa
Tom Gabbay
El Tercer Nombre 2008
354 Páginas

Libros a pleno sol




Policíacos a pleno sol


Despunta el verano y la novela negra se torna el género narrativo más apreciado. El profesor de Metafísica abandona sus prolijos tratados y se zambulle sonriente en un Chester Himes tan sangriento como Un ciego con una pistola (RBA, 6’5 e.), ambientado en un Nueva York asfixiado por el calor. En la más sutil e inquietante Patricia Highsmith. O en el siempre acerado Jim Thompson, uno de los maestros del género ignorado hasta hace poco en España. Porque apenas se conocen novelas como 1280 almas, Un cuchillo en la mirada, o la excepcional El asesino dentro de mí (RBA, 6’5 e.), cronista de la pesadilla que a veces acompaña al sueño americano.


Llega a España la indudable revelación del género negro europeo de la temporada, Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 22’50 e.), primera parte de la sumamente adictiva trilogía Millenium, de Stieg Larsson. Mikael, un periodista en la cuerda floja, se ve arrastrado a investigar un crimen de mucho tiempo atrás con la ayuda de la extraña Lisbeth, una hacker tachonada de piercings y tatuajes. A destacar también Christopher G. Moore con su Kickboxing en Nirvana (Paidós, 18 e.), continuación de la aclamada Hora cero en Phnom Penh, que ya protagonizó el detective Vincent Calvino.Una oscura debilidad, eso es Fred Vargas. Más allá a la derecha (Punto de Lectura, 8’55 e.) es una de las delicatessen literarias de la escritora francesa, originalísima renovadora del género, creadora de personajes que enamoran a las pocas páginas, como el etéreo comisario Adamsberg o el ex madero Kehlweiler. Este último lleva aquí las riendas de una investigación en torno a un hueso humano desde las calle de París a las playas de Bretaña.


Clásicos negros modernos son también Henning Mankell y su inspector Kurt Wallander. En Asesinos sin rostro (Tusquets, 7’95 e.), primer libro de la serie, que se reedita ahora en una vistosa y asequible colección, los desvelos del infeliz Wallander enfrentan el sádico asesinato de un pareja de ancianos en una granja apartada. Los casos del comisario Brunetti, el policía favorito de Donna Leon, en cambio, cada vez tienen menos misterio y sí más reflexiones sociales y políticas, a vueltas en La chica de tus sueños (Seix Barral, 18’50 e.) con la imposible integración de los gitanos en una sociedad más pendiente de ocultar sus miserias que de buscar la verdad.
Aunque para verdades, pocas tan inquietantes como las que oculta en Déjame entrar, de John Ajvide Lindqvist (Espasa, 20’90 e.) una misteriosa niña que huele raro, nunca siente frío y peina canas. Sobre todo cuando su llegada al barrio coincide con una serie de crímenes espantosos.


También al filo de la actualidad está El terrorista, de Stephen Leather (Umbriel, 17 e.), un thriller frenético con un integrista islámico que recorre el mundo para colocar bombas en nombre de Al Qaeda. A punto de comenzar a las próximas Olimpiadas a celebrar en China, ese gigantesco experimento de ingeniería social que mezcla capitalismo económico y comunismo político, rescatamos además El ojo de Jade (Siruela, 17’90 e.) que firma la exiliada Diane Wei Liang, intriga policíaca protagonizada por una mujer detective, la joven y emprendedora Mei, tras la pista de un jade robado en los convulsos días de la Revolución Cultural.


Los autores en lengua española han solido gozar de fortuna a la hora de acometer la novela policíaca. A destacar entre los últimos sobresaltos el protagonizado por el argentino Carlos Salem, escritor amén de dispensador de excelentes drys martinis en su bar malasañero, con una original intriga que ha gustado a todo el mundo y que se desarrolla en un camping nudista: Matar y guardar la ropa (Salto de página, 18’50 e.). Y no hay que perder la pista las oscuras historias de Willy Uribe –Sé que mi padre decía (El Andén, 19 e.)–, Fernando Marías –Esta noche moriré (451 Editores, 14’50 e.), David Torres –Niños de tiza (Algaida, 20 e.)– o David Gistau –Ruido de fondo, Ediciones B, 17 e.)–.



La novela negra en México - El Complot del Mongol


Filiberto García, matón a sueldo, hombre duro y de facciones serias, curtido por la Revolución Mexicana, se ve envuelto inesperadamente en una intriga internacional, en donde agentes secretos del FBI y de la KGB investigan apresuradamente los pasos de los chinos de la calle de Dolores, en la Ciudad de México, en una marcha forzada por evitar el asesinato del presidente de E.E.U.U, que de ser perpetrado, desencadenaría un conflicto diplomático y político o incluso hasta un conflicto armado.

El Agente Graves (del FBI) y el Agente Laski (de la KGB) unen fuerzas, y junto con García (bajo las órdenes de un alto funcionario mexicano) recorren las calles del centro de la ciudad, entran a los cafés de chinos, de los “pinches chales” como los llama Filiberto García, y comienzan a desenmarañar un complot comunista aparentemente iniciado en Mongolia.

El tiempo se termina e invariablemente los muertos van apareciendo poco a poco, junto con las escasas pistas que aparentemente confirman la hipótesis de un inminente atentado no sólo en contra del presidente de Estados Unidos, sino posiblemente también en contra del presidente mexicano en turno.

Dudas, desconfianzas y misterios rodean a García, que por primera vez se enfrenta a una crisis personal: ha encontrado al fin una mujer a quien amar, y al parecer, ella le corresponde. Ahora es cuando debe decidir entre continuar su labor de sicario, o dejarlo todo y quedarse con Marta, una hermosa jóven que lentamente va transformando a Filiberto y que logra ablandar su corazón …

El desenlace es totalmente inesperado, y todos se verán envueltos dentro de un diferente complot.
Es con esta obra de Rafael Bernal, que la novela negra (o policiaca) hace su exitosa aparición en México.
Impregnado de un lenguaje común, lleno de jergas capitalinas, El complot Mongol (editado por primera vez en 1969 por Joaquín Mortiz, en su colección booket) dibuja con frialdad y gran acierto la compleja estructura política que se formó posterior a la Revolución Mexicana, impregnando a los personajes de la atmósfera obscura y confusa que toda novela policiaca debe de tener.Estilo fluido, prosa cuidada y estudiada, cambios imperceptibles entre narrador y personajes son algunos de los elementos que permiten que la lectura sea digerible, fácil, y lo mejor: interesantísima. Quien lo comienza a leer no parará hasta terminarlo.

Francisco Prieto y Vicente Francisco Torres comentaron en una mesa redonda en el noventa aniversario del natalicio de Rafael Bernal (2005) , la obra de este autor indispensable en las letras mexicanas.

El reportaje de esta conferencia / mesa redonda se encuentra en esta pagina del INBA.

Una muy interesante reseña sobre El complot Mongol, se encuentra en .PDF, su autor es Joel Yuen.


Para los fans de la literatura policiaca, hay una adaptación excelente realizada en el 2000 por Humberto Crostwhite y Ricardo Peláez. Vale la pena tenerla pero es difícil de encontrar.




24 julio 2008

El Paseo Millonario/ Roberto Tejela


Colombia, 2007. Un paseo millonario, nombre coloquial colombiano del secuestro exprés, se convertirá en un inusual secuestro de larga duración cuando Jaime Ariza, un empresario español, se vea encadenado a la pata de una cama y recluido en una habitación de ventanas tapiadas en un barrio de Bogotá. Yerma, su principal secuestradora, tiene un proyecto más ambicioso: cobrar el rescate y, al tiempo, quedarse embarazada de su víctima. Para lograrlo, esta seductora mujer de excepcional inteligencia y sangre fría intentará manipular y seducir no sólo a Jaime, sino también a su íntima amiga Nuria, que hará lo que sea necesario para conseguir la libertad de éste.
Con un preciso sentido del ritmo narrativo y unos personajes sutilmente caracterizados, Roberto Tejela nos ofrece una absorbente intriga que aborda un drama muy actual; el de los extranjeros secuestrados en Colombia, a veces recluidos durante años o vendidos como mercancía.


El Paseo Millonario
Roberto Tejela
Salto de Página 2008
256 Páginas.

Novelas chinas con tintes negros



Diane Wei Liang: El ojo de jade (Siruela)

Casi 25.000 lectores han conocido y seguido a Mei Wang por el Pekín de ?El ojo de jade?, tendrán la suerte de ver cómo continúa la saga de esta detective -perdón, que es profesión prohibida en China-, de esta asesora, con Mariposas para los muertos, con la que Wei Linag regresa a Tiananmen: "La vida después de aquello no fue igual para mí. Las imágenes de lo ocurrido están en la retina, al igual que el sufrimiento. China empezó a ser distinta". Eso será en septiembre.
De momento, tendrán que esperar a Mei, que ya desde la primera línea de la novela deja claro que investigar la verdad en una sociedad que aún está poniendo al día los secretos de su pasado es un juego peligroso... Wei Liang ha caracterizado a su joven investigadora, Mei, según los cánones clásicos de la novela negra occidental ?sobre todo en ese vínculo estrecho que hay siempre entre los casos que investiga y su propia vida, aunque al principio ni se lo imagine?, completándola de una aureola de joven, guapa, afortunada y favorecida por el Partido.
Que, todo sea dicho, es el gran damnificado de las obras de Wei Liang, que a veces parece olvidarse de la trama para centrarse en la contradicción de la nueva sociedad china y de su clase dirigente, más tendente a vivir y comportarse como jóvenes millonarios de Manhattan. Recomendable, más que por su careta policíaca, por el extraordinario fresco que Wei Liang ofrece de los demonios de una sociedad que avanza sin querer mirar al pasado y engañándose a sí misma.
Diane Wei Liang (Pekín, 1966) pasó parte de su niñez con sus padres en un campo de trabajo de una remota región de China. En los años ochenta, cuando asistía a la Universidad de Pekín, participó en el movimiento democrático estudiantil y estuvo en la plaza de Tiananmen. Se doctoró en Administración de Empresas en la Universidad Carnegie Mellon, y ha impartido clases de gestión de empresas en Estados Unidos y en Reino Unido durante más de diez años. Vive en Londres con su marido y sus dos hijos. Ha publicado el libro de memorias El lago sin nombre.




Qiu Xiaolong: Muerte de una heroína roja (Almuzara)

Una magnífica iniciación a la China de hoy. Una mezcla de íntriga, investigación política y retrato sociológico, llena de poesía e impregnada de los aromas exquisitos de la cocina china. Ingeniosa novela que permite conocer la realidad china a ras del suelo, sin abusar de exotismos y sin las imposiciones ideológicas del Partido Comunista.
A través de la irónica e intelectual mirada de Chen Cao, inspector jefe de homicidios de la Brigada de Asuntos Especiales de Shanghai, que posee bastantes rasgos del autor -además de policía, también es experto en literatura occidental, poeta y traductor de novelas policíacas-, y, por supuesto, características de todo buen investigador occidental: gourmet y epicúreo, íntegro y humano.
Qiu traza una radiografía de la China contemporánea, sometida a todo tipo de contradicciones culturales y económicas, sobre todo entre los HCS (hijos de los Cuadros Superiores del Partido Comunista) y el resto de la población. La novela comienza con el descubrimiento del asesinato de la joven Guan Hong Ying, muy conocida en el país por haber sido distinguida como trabajadora modelo de rango nacional, una joven muy implicada en las tareas del Partido Comunista.
El departamento de Chen Cao se hace cargo de la investigación, pero pronto, muy pronto, empiezan a aparecer dificultades cuando intuyen que detrás del asesinato puede estar implicado alguien de las altas esferas del Partido Comunista chino. A partir de ese momento, Chen Cao tiene que andarse con pies de plomo, pues cualquier movimiento puede volverse en su contra, ya que el caso tiene unas ramificaciones políticas que conectan con las altas esferas. China, muy de cerca.
Qiu Xiaolong nació en Shanghai en 1953. En su Universidad se especializó en literatura anglo-americana y fue traductor al chino de Joyce, Faulkner, Conrad... Cuando la revuelta de la Plaza de Tiananmen, se encontraba en Estados Unidos. Considerado uno de los líderes del movimiento estudiantil, no pudo regresar a su país. En la actualidad, es profesor en la Universidad de Washington. Muerte de una heroína roja fue la primera novela, iniciando la serie de Chen Cao.



23 julio 2008

El extraño caso de Stieg Larsson



Larsson idealizó el personaje de Blomkvist y la propia revista donde trabajaba en su trilogía narrativa


Su conocimiento sobre grupos de ultraderecha era tal que fue llamado a reuniones con Scotland Yard
El ciclo 'Millenium' de novelas de misterio se ha convertido en el último fenómeno editorial europeo. Tras la muerte del autor, su familia se pelea por su herencia. 'Culturas' ha viajado a Suecia para reconstruir su biografía, coincidiendo con la publicación en España de "Los hombras que no amaban a las mujeres"


Los copos de nieve empiezan a estrellarse contra el parabrisas, a pesar de que estamos en pleno mes de mayo. Mientras nos adentramos en la región sueca de Nörrland, un territorio agreste, casi virgen, repasamos mentalmente los datos que tenemos acerca del escritor Stieg Larsson, cuya sombra hemos venido a seguir hasta aquí, a esa Suecia profunda donde las aldeas tienen treinta, o veinte, o dieciséis habitantes, todos mayores de 60 años, y de vez en cuando aparece un alce muerto en la cuneta.


El caso parece extraído de la ficción: Larsson (Västerbotten, 1954- Estocolmo, 2004) era un periodista idealista y comprometido, un experto en la extrema derecha sueca. Desde veinteañero decía a sus amigos que, un día, sería escritor de novela negra. Pasaron los años, y tras devorar como lector a los clásicos del género (en especial, a las damas del crimen), al cumplir 47 se dijo: "Ya está. Mi momento de escritor ha llegado".


, cada noche, al acabar su jornada en la revista Expo, fundada y dirigida por él, cuando llegaba a casa, se ponía a escribir Millennium, una trilogía protagonizada por dos investigadores, el periodista Mikael Blomkvist y la hacker Lisbeth Salander.


Escribió velozmente los tres libros –nueve meses cada uno, más de 1.500 páginas en total–: Los hombres que no amaban a las mujeres, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina y La reina en el palacio de las corrientes de aire. Los entregó a una editorial y, a los pocos días, murió de un inesperado ataque al corazón. No pudo ver cómo sus novelas –que la semana que viene llegan a España– se convertían en un fenómeno global, con ya seis millones y medio de ejemplares vendidos, gracias a su electrizante trama.


Un detalle escalofriante: en la tercera obra, uno de los personajes muere exactamente de la misma forma en que lo hizo Larsson (los amantes de las conspiraciones ya se habrán dado cuenta de que Milenio –aquí, una sola ene– es el título de la novela póstuma de Vázquez Montalbán).


Perseguimos al fantasma de Stieg Larsson por Estocolmo y por las mismas carreteras árticas que transitan sus personajes, en un Volvo conducido por su padre, el viejo sindicalista Erland Larsson, que lleva un pin con la rosa socialdemócrata en la solapa. Erland era tan pobre cuando tuvo a Stieg –"ni techo ni trabajo"– que lo envió a vivir a casa de los abuelos en el campo, donde estuvo hasta cumplir ocho años. "Allí fue feliz, y de hecho esa casa de madera roja de su infancia –que ahora le enseñaré– es la que en la novela habita Blomkvist cuando va a la isla a investigar, es todo igual". Allí, con media hora de luz en invierno y temperaturas de 40 grados bajo cero, pasó el pequeño Larsson su infancia.


La vida del viejo Erland no ha sido fácil. Cuando, hace cuatro años, falleció su hijo Stieg, "me quería morir", admite. Su esposa –la madre de Stieg– ya había muerto en 1992 de cáncer y, por si fuera poco, el año pasado la misma enfermedad se llevó a la esposa de su otro hijo, Joakim.


Erland y Joakim viven en Umeä, ciudad mediana, universitaria, rodeada de bosques, con aeropuerto, una gran fábrica de coches y varias de celulosa. "Cuando vinimos aquí –dice el señor Larsson– todo eran vacas pastando, y ahora fábricas y almacenes."


A un lado y otro de la carretera, durante el trayecto, máquinas quitanieve, serradoras, camiones cargados de troncos, y carteles con nombres tan exóticos como Tavelsjo, Bodarna, Vindeln, Ytterssön, Astrask o Kalvtrask. El conductor evoca: "Yo le decía: 'Stieg, tú tienes talento, tienes que hacer algo que dé dinero', porque siempre estaba con sus proyectos utópicos. Y, mire, lo hizo... al final".


Nos preguntamos por qué murió Stieg de un infarto, cuando anteriormente no había tenido ningún problema cardiaco. Para su padre, está claro: "El exceso de trabajo, sumado a que, en su última etapa, se alimentaba básicamente de fast food, como un personaje de su segundo libro".


En Estocolmo, al día siguiente, visitamos a Daniel Poohl, el joven periodista que ha sustituido a Larsson en la dirección de la revista cuatrimestral Expo, "un proyecto en el que los periodistas trabajan gratis, para poder contar cosas que no tienen cabida en los grandes medios". Poohl ayudó a Larsson en sus trabajos sobre los nacionaldemócratas, el partido ultra: "Sí, me infiltré en sus filas durante un par de meses", cuenta ante una taza de café en la redacción.


–¿Stieg se parecía mucho al personaje de Blomkvist?


–Tal vez en las ideas acerca del periodismo. Pero no en lo demás: Blomkvist es un héroe, guapo, rodeado siempre de mujeres. Creo que ningún hombre real es de esa forma, para ser honesto, y Stieg tampoco. Nosotros, en Expo, no tenemos medios para hacer ese tipo de periodismo de investigación sobre los delitos económicos de las grandes corporaciones, Millennium, en la novela, es mucho más grande y fuerte, la veo como una especie de revista de fantasía, donde a cualquier periodista le encantaría trabajar, no creo que en el mundo real existan ese tipo de publicaciones, tal vez alguna en Estados Unidos...


Estamos justo en el lugar en el que a Larsson se le detectó el ataque cardiaco. Poohl aclara que "aquel día, cuando llegó a la redacción, ya se encontraba mal, estuvo media hora por aquí y se lo llevó una ambulancia. Falleció poco después en el hospital". La casualidad quiso que, justamente aquel día, no funcionara el ascensor del edificio, por lo que Larsson subió siete pisos a pie, lo que, según su pareja, la arquitecta Eva Gabrielsson, "fue definitivo". Para ella, "en su último año, pasó a dormir solamente cuatro o cinco horas diarias pero si el ascensor hubiera funcionado bien, yo creo que no habría muerto."Para Poohl, Larsson "no era un workaholic, él no consideraba trabajo el tiempo dedicado a sus libros, era su hobby, como otra gente mira la televisión o se va a pescar. Era capaz de pasarse 16 o 18 horas diarias ante su ordenador".


Lo que más le llama la atención a su sucesor al frente de la revista es que "él comentó a mucha gente que estos libros serían un éxito comercial, le dijo incluso a su mujer que iban ser su plan de pensiones. Estaba completamente seguro, no albergaba ninguna duda".


En la única entrevista que Larsson concedió sobre Millennium –a la revista Svensk Bokhandel– reconocía también que el personaje de Lisbeth Salander, de 25 años, se basaba en Pippi Calzaslargas: "Me pregunté: ¿qué sería de ella hoy? ¿De qué trabajaría de adulta? ¿Cómo la calificarían? ¿Sociópata? Porque tiene una visión muy diferente de la sociedad".Los hombres que no amaban a las mujeres, analiza Poohl, "es un típico misterio de la habitación cerrada, con un montón de gente alrededor de una habitación donde hay que descubrir quién es el asesino, con la diferencia que aquí la habitación es una isla. Pero los otros libros son completamente diferentes en estructura, cada uno explora un paradigma del género".


El auténtico misterio que ocupa estos días las páginas y los minutos de los medios de comunicación europeos es por qué la viuda de Larsson, Eva Gabrielsson, no tiene ningún derecho –ni beneficio económico– sobre la obra de su marido, a quien conoció en un mitin contra la guerra del Vietnam en 1972 y con quien convivió durante 30 años. Se lo preguntamos a ella durante un paseo por algunas calles y cafés de Estocolmo. "Es un problema de la ley sueca –explica–, que no reconoce ningún derecho a las parejas que no se han casado ni inscrito en el registro, porque se basa en el derecho germánico medieval, que privilegia la sangre por encima de todo. Todo el dinero de los libros es para su padre y su hermano, que han rehusado cederme nada. En países como España, Francia, Gran Bretaña, zonas de derecho romano, esto hubiera sido diferente, pero, aquí, mis abogados me dicen que no hay nada que hacer.


" Según Gabrielsson, "no nos casamos por una sencilla razón: Stieg estaba amenazado de muerte. Teníamos que ser muy cuidadosos y precavidos, no queríamos que su nombre apareciera en ningún registro asociado a nuestro piso o teléfono, todo estaba a mi nombre. Todas las facturas eran para mí por motivos de seguridad. Hemos vivido así siempre. ¿Testamento? No hizo porque no teníamos ni un duro, solamente este piso de 56 metros cuadrados sin ascensor".


De hecho, el conocimiento que Larsson tenía sobre los grupos de ultraderecha era tan detallado que fue llamado a sesiones informativas con miembros de Scotland Yard, de la policía brasileña o de la OSCE, con el fin de que les ayudara en sus investigaciones o trabajos. Para la viuda, la situación que vive es humillante no tanto por la enorme cantidad que deja de ingresar –más de siete millones de euros– sino porque "cuando Stieg estaba vivo, tenía una relación fría con su familia. Éramos una pareja muy distante de su padre y hermano, distantes en todos los sentidos: mentalmente, geográficamente y emocionalmente. Eran muy diferentes, ellos no tienen su compromiso político, su humanidad, su empatía, no les gusta viajar ni sumergirse en otras culturas, ni implicarse en la sociedad, sólo quieren vivir tranquilos, son gente muy sencilla". Gabrielsson –quien, como arquitecta, ha colaborado con Ricardo Bofill en la construcción de uno de sus edificios en Estocolmo– rechaza todas las especulaciones acerca de nuevos libros inéditos de Larsson: "Quería hacer muchos más, un total de diez, y empezó un poco el cuarto sólo como diversión, no tuvo tiempo de ponerse en serio. Lo que sí es verdad es que su intención era dedicar los beneficios de los nuevos libros a causas como la lucha contra la violencia sobre las mujeres o la propia revista Expo. A mí me decía siempre que 'el dinero de los tres primeros libros es para nosotros". Pero no ha podido ser así".


Larsson introdujo en sus novelas algunos de los temas sociales que más le preocupaban, como la violencia contra las mujeres.


Gabrielsson revela que "este era, para él, un compromiso muy firme, porque una vez, de joven, durante un fin de semana con compañeros, presenció una violación y se culpaba de no haberla podido evitar, tenía esa espina clavada, y dedicó mucho tiempo a consolar y ayudar a víctimas".




Xavi Ayén

XXI Semana Negra - Las fotos cableadas 1



Entrega del Premio Novelpol a la Mejor Novela que coincidió de nuevo con el Premio Hammett.
José Ramón Gómez (colaborador de CRUCE DE CABLES) presenta al ganador Juan Ramón Biedma por El Imán y la Brújula.







Los ganadores de la Semana Negra; acertamos de pleno en varios premios. El amuleto negro nos persigue.

InfoBòbila 24 | Estiu - Verano


BIBLIOTECA LA BÒBILA
fons especial de gènere negre i policíac

http://bobila.blogspot.com/


LA BÒBILA RECOMANA PER AQUEST ESTIU
LA BÒBILA RECOMIENDA PARA ESTE VERANO


Stieg Larsson. Els homes que no estimaven les dones. Barcelona: Columna, 2008


Stieg Larsson. Los hombres que no amaban a las mujeres. Barcelona: Destino, 2008



Primer capítol / primer capítulo: http://www.serielarsson.com/descargas/primer_capitulo_larson.pdf
Stieg Larsson a la premsa / Stieg Larsson en la prensa:


La Vanguardia: El extraño caso de Stieg Larsson / Xavi Ayén http://www.lavanguardia.es/premium/publica/publica?COMPID=53468629317&ID_PAGINA=22088&ID_FORMATO=9&turbourl=false
El País: La rabia de Stieg Larsson / Lorenzo Silva http://www.elpais.com/articulo/cultura/rabia/Stieg/Larsson/elpepicul/20080609elpepicul_2/Tes
El Periódico de Aragón: El triunfo póstumo del autor sueco Stieg Larsson / Dani Laudo http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=417280
El Mundo: El ascenso al cielo literario del sueco Stieg Larsson / Pilar Ortega Bargueño http://www.elmundo.es/papel/2008/06/07/cultura/2413779.html
ADN: Llega otro sueco que deja sin resuello: Stieg Larsson, el autor de "Millenium" / Concha Barrigós http://www.adn.es/cultura/20080605/NWS-1814-Millenium-Larsson-Llega-autor-sueco.html
Diari de Mataró: Stieg Larsson: Els homes que no estimaven les dones (Millenium; 1) http://diaridemataro.cat/ct/noticia:Cos/seccions:llibres/_/9912
Diario de Mallorca: "Millenium" llega a España tras seis millones de ventas en varios países http://www.diariodemallorca.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2008060500_16_364879__Cultura-Millenium-llega-tras-seis-millones-ventas-varios-paises
El Periódico: L'Estocolm de Larsson / Xavier Moret http://www.elperiodico.cat/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAT&idnoticia_PK=520962&idseccio_PK=1006&h=


HORARI D'ESTIU DE LA BÒBILA / HORARIO DE VERANO DE LA BÒBILA

Els mesos de juliol i agost, de dilluns a divendres, de 15.30 a 20.30 h.
Los meses de julio y agosto, dee lunes a viernes, de 15.30 a 20.30 h.


Jordi Canal
Biblioteca la Bòbila
Pl. de la Bòbila, 1
08906 L'Hospitalet
Tel. 934 807 438

Oyola advierte del riesgo de escribir pensando en editoriales y no en público


El escritor argentino Leonardo Oyola, ganador junto al español Juan Manuel Biedma del premio Dashiell Hammett a la mejor novela negra con su obra 'Chamamé', ha advertido sobre 'el peligro que supone que los escritores escriban para las editoriales y no para los lectores'.


En una rueda de prensa celebrada en la Casa de América, Oyola ha añadido que 'el reconocimiento de Gijón es muy importante porque lo dan los propios escritores, no las editoriales' refiriéndose al recientemente conquistado galardón, otorgado por la Asociación Internacional de Escritores Policíacos.

Al acto también ha asistido el hispano-argentino Carlos Salem, que con su texto 'Camino de ida' ha sido distinguido con el Memorial Silverio Cañada a la mejor primera novela negra.El autor argentino, para quien 'Chamamé' supone su primera publicación en España, define el libro como 'la historia de dos piratas del asfalto (delincuentes especializados en robos en la carretera) que están, a su manera, buscando una segunda oportunidad'.

La historia narra las avenencias de Manuel 'Perro' Ovejero y el Pastor Noé, antes socios y cómplices, pero que tras el intento de uno de ellos en quedarse todo el botín de un secuestro, inician un conflicto que sólo podrá terminar con la muerte de uno de ellos.

Los dos personajes se perseguirán a través del litoral del noroeste argentino en una novela destacada por su musicalidad: Chamamé es un baile folclórico argentino y, además, la palabra significa en guaraní 'hacer las cosas a la ligera' algo que, según Oyola, 'hacen mis personajes a lo largo de la narración'.

'Camino de ida', en cambio, 'es una novela de perdedores' ha afirmado Carlos Salem. Su protagonista es Octavio Rincón, 'un hombre pusilánime que sueña con matar a su autoritaria mujer metiédole pirañas en la bañera' y que, durante unas vacaciones en Marruecos, ve su sueño hecho realidad al morir su esposa mientras duerme la siesta.

Este hecho desencadenará una alocada historia que involucrará a Rincón en un viaje por la zona del Atlas marroquí junto a los estrambóticos Soldati, que se define en su tarjeta de presentación como empresario y revolucionario, y Charly, un hippie que afirma der Carlos Gardel y tiene como objetivo matar a Julio Iglesias.

Los dos libros han sido publicados por la editorial Salto de Página, que ha publicado además las dos novelas posteriores de los autores galardonados, 'Gólgota' y 'Matar y guardar la ropa' de Oyola y Salem, respectivamente.



XXI Semana Negra - Los A QUEMARROPA (en descarga)


Al asistir a la Semana Negra dejamos sin poner el enlace de algunos días. Hoy los pongo para descargarlos.


















El Cómplice Necesario/ Fernando Sánchez Santos


Un desgastado vigilante de seguridad está de servicio la noche en que el señor Villacampa se suicida arrojándose al vacío desde una azotea, lo que resulta desconcertante, pues el fallecido padecía fobia a las alturas. Todavía es más extraño que el protagonista no se diera cuenta de lo sucedido hasta el día siguiente. Aunque siente que su vida se ve amenazada, se embarca en una peligrosa investigación, como una huida hacia adelante, mientras se inventa diariamente a sí mismo y a cuantos le rodean. Sus pesquisas se centran en una inquietante organización europea dedicada a la salud mental, donde hará un descubrimiento de consecuencias incalculables. Sólo el sorprendente final arroja luz sobre el irrefrenable deseo de Carlos por conocer la verdad. Sin embargo, hay que tener cuidado con lo que uno desea... Con estructura propia de guión cinematográfico, El Cómplice Necesario es una novela de intriga, aunque va más allá que una obra de género negro. Su estilo ágil y sencillo, fácil de leer, esconde una trama elaborada e impredecible.



El Cómplice Necesario
Fernando Sánchez Santos
Escribe tu libro 2008
198 Páginas

Hoy en Negra y Criminal, Lorenzo Lunar y Rebeca Murga


Miércoles 23 de julio
a las 19,30 horas


en


Negra y Criminal


los escritores


LORENZO LUNAR
Y REBECA MURGA


nos leerá fragmentos de sus novelas

en un típico ambiente de Santa Clara ( Cuba)
con mojito, ron a palo seco, y ventil




22 julio 2008

La luz que no se apaga


Hay aquí, como en tantas novelas negras, un crimen en un lugar cerrado, isla y cárcel, el campo de Guantánamo: aparece en la bahía un muerto, sargento americano ahogado mientras nadaba de noche, o quizá suicida, o víctima de un asesinato. Revere Falk, agente del FBI, investigará el caso en medio de insalvables enredos que urden los mismos que le encargan la investigación. Falk, arabófono, es interrogador y, en el momento en que se le encomienda la misión policial, un prisionero yemení acaba de soltarle el nombre de su contacto con Al Qaeda, Hussey, palabra misteriosa que asume la función que cumplen el anillo legendario o la carta lacrada en las novelas de Walter Scott. Para caldear el ambiente, llegan a Guantánamo tres jefes de Washington con la tarea de "valorar la seguridad y eficacia" en sistemas de vigilancia e interrogatorios.

Dan Fesperman, periodista de Baltimore dedicado a conflictos internacionales, iba a la universidad en tiempos de la caída del presidente Nixon, estaba en Jordania cuando la primera guerra del Golfo, en Berlín durante las guerras de Yugoslavia, y cerca de Afganistán y Pakistán en estos últimos años. En El barco de los grandes pesares (RBA) imaginaba las andanzas de un policía de Sarajevo, Vlado Petric, expatriado en Berlín y, por casualidad, tras la pista de croatas criminales en la II Guerra Mundial, amigos de los nazis, los americanos y la Iglesia católica. Fesperman, que conoce Guantánamo de una visita periodística, quiere ahora, en El prisionero de Guantánamo, adivinar novelescamente cómo podrían utilizarse las informaciones extraídas a los presos para fabricar y vender nuevas guerras, y, al mismo tiempo, justificar la existencia del campo de detención. ¿Qué pasaría si descubriéramos una trama entre Al Qaeda y Cuba?

El agente Falk, del FBI, está atrapado en la atmósfera del campo, lo verdaderamente interesante para el novelista Fesperman: la reunión de cientos de presos y miles de vigilantes, más 120 interrogadores, traductores, lingüistas y analistas, "un experimento psicológico sobre comportamiento bajo presión". Cautivos y carceleros se someten a estrictos sistemas de castas. El proletariado militar no se confunde con la oficialidad, los funcionarios de la CIA, el FBI, los mercenarios de las empresas privadas. Los prisioneros son clasificados por su nivel de peligro y colaboración, recluidos en celdas minúsculas, bajo la luz que no se apaga, un símbolo de Guantánamo que ha llegado a convertirse en canción popular. Patti Smith, en Without chains, canta al prisionero "que sueña encadenado, con las luces encendidas".

Fesperman imagina, incluso, cómo ven la prisión los cubanos que miran desde fuera: alambradas dentro de las alambradas, "círculos concéntricos de cautividad", prisioneros en monos naranjas bajo focos anaranjados, "partículas radioactivas moviéndose en la platina de un microscopio". Y transcribe las ensoñaciones del joven preso yemení, Adnan Al Hamdi, fábulas con hombres como serpientes y ratones, la pesadilla defensiva para combatir la pesadilla inevitable de la realidad. Pero El prisionero de Guantánamo quizá sea el agente Falk, de repente en peligro, perfilado según los estereotipos de la novela de intriga: tuvo una mala infancia, un padre alcohólico, y es listo, serio y cuidadoso, buen funcionario, con las debilidades mínimas que lo humanizan. Fue marine, y una insensatez juvenil lo hizo fugazmente espía cubano. Se habla de eso en los interrogatorios: la conexión cubana de un infante de marina que llegó inverosímilmente al FBI. Su contacto habanero en Miami es el mejor personaje de la novela.
Falk bebe para aguantar, aunque no siente especiales molestias morales por el trabajo. Le fastidia la ineficacia de ciertos procedimientos de interrogatorio violento, pero se preocupa fundamentalmente de sí mismo, que quizá pase de interrogador a interrogado, y por su novia, interrogadora militar, que quizá lo traiciona. Guantánamo es un mundo bastante insano.