06 junio 2007

Feria del libro de Bilbao



Más allá de crímenes y mujeres fatales

La Feria del Libro celebró ayer los II Encuentros de NovelaNegra, con una reunión entre cuatro autores del género que intercambiaron opiniones sobre este tipo de obras, sus características y la salud que gozan.

Arantzazu Durán


SANGRE, noche, calles solitarias, pistolas… Estereotipos repetidos a lo largo de los tiempos que por suerte para la salud de la novela negra han caído en desuso. ¿O acaso alguien se imaginaba que un ex miembro de ETA exiliado en Caracas podría protagonizar un libro de este género? Pues sí, se llama Macario y es el protagonista de La Caraqueña del Maní, una novela de José Luis Muñoz presentada ayer en la feria del libro de Bilbao. Y es que ayer, el Arenal bilbaino dedicó su día al género negro, que lejos de sufrir cualquier enfermedad, parece haber resurgido. Pero eso sí, con elementos diferentes a los clásicos que le persiguen. "Cualquier elemento tiene cabida en una de estas novelas. Igual que cualquier elemento puede llegar a sobrar", relataba ayer el joven escritor zamorano Enrique Cortés, que se encuentra en la feria presentando La Torre, basado en el incendio que en febrero de hace dos años asoló la torre Windsor.


Atrás quedaron las noches lluviosas de asesinatos, tiros en la nuca sin dejar rastro y un protagonista marginal. "Y que sea alcohólico, no lo olvides. Parece que todos los protagonistas tienen que ser así, y para nada. Sólo son tópicos que poco tienen de realidad". Es Jerónimo Tristante, un profesor murciano que dedica su ocio a escribir. Es autor de El misterio de la Casa Aranda, una novela negra que fue presentada también ayer en Bilbao con motivo de los II Encuentros de Novela Negra, en los que también tomó parte el escritor vasco José Javier Abasolo, hablando de su libro El aniversario de la independencia, que aunque ya estaba presentado, pertenece al mismo género. Pasado el ecuador de la feria, los cuatro autores hablaron de tú a tú de sus títulos, los tópicos en los que se mueve estas novelas y de cómo se deben, se quieren, o se pueden escribir estas historias.


Para todos ellos, este género "es cuestión de un ambiente negro y una cierta filosofía pesimista y de crítica a la sociedad. La novela negra es una herramienta social en la que el que menos parece el asesino, lo es", señala José Luis Muñoz. "Y que además se puede ambientar en cualquier lugar, ya sea ciudad, pueblo... Y si no, mira La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela, una obra negra extraordinaria ambientada en un ámbito rural", aunque "sí suele tener una preponderancia importante la ciudad", matiza Jerónimo Tristante, quizás por el hecho de que "la novela describe cómo es una sociedad y ahí se llevan implícitas las problemáticas sociales, las relaciones entre personajes, las desigualdades..."


Acerca de estos protagonistas, Tristante matiza: "Suelen ser perdedores, porque es una novela en la que generalmente alguien lucha contra el poder establecido y esto suele llevar a que el personaje no sea precisamente un triunfador, aunque también cansa que siempre sea un antiguo policía que le despidieron... Yo he cambiado eso en mis novelas y parece que gusta. Todos, como lectores, queremos que nos sorprendan y que no se encasille cada género en torno a unos elementos que se vayan repitiendo constantemente a lo largo de los títulos".


A la hora de hablar de los autores, aseguran que "hay algo que nos caracteriza a todos", dice Enrique Cortés. "Tenemos los ojos muy abiertos, sabemos qué es lo que estamos viendo a nuestro alrededor, sabemos analizar la sociedad de forma muy interesante...". Ahí está el éxito de este género. "La mayoría de escritores de novela negra conectan con los lectores porque no son gente del ámbito literario y eso permite mejor conectar", añade el autor de La maldición de la Casa Aranda.


José Javier Abasolo, que ha centrado varias de sus novelas en ETA, reconoce "cierta pereza" al escribir en el sentido de ayudarse a elegir los temas en los que centrar sus obras. "Si fuera siciliano hablaría de la mafia italiana, y si fuera ruso hablaría de las creadas tras la Perestroika... Solemos abordar lo que nos rodea y mi país me da historias suficientes como para no buscar nada fuera".


Todos y cada uno de los rincones son susceptibles de generar ideas para nuevas obras. Igual que todos los personajes lo son de ser protagonistas y cualquier época puede contextualizar las páginas de una obra. En definitiva, los estereotipos se caracterizan por ser eso, meros tópicos.





1 comentario:

Fallarás dijo...

A mí, la verdad, la sangre, la noche lluviosa, la pistola, el alcohólico y sobre todo la mujer fatal, me encantan. Soy una condenada clásica.